Nueva ruralidad
Enero, 2022La formulación de la economía clásica concebía el progreso como la transición de lo rural a lo urbano. Ahora, las tornas están cambiando y lo que se ha llamado nueva ruralidad emerge como una alternativa vital de progreso frente al modelo urbano.
Nuestra sociedad está mirando con otros ojos al medio rural. La migración de habitantes desde la ciudad de Vitoria-Gasteiz hacia los pueblos de Álava se ha incrementado en 2021 algo más de un 30% en relación al año 2019. Lo que arroja una cifra de unas 1.400 personas.
O dicho de otro modo, cada día cuatro urbanitas han abandonado la capital para irse a vivir a un pueblo alavés. Aunque la cantidad es modesta, se augura que esta tendencia, perceptible desde hace unos años, va en notable aumento. Mucho más contundente es el incremento de visitas que recibe el entorno rural de Álava.
La actual ponderación de la vida rural como alternativa a la vida urbana obedece al hecho de sopesar diversas causas, entre las que se encuentran: la preocupación –originada por la pandemia– por un entorno saludable; el mayor grado de sensibilización hacia la transición ecológica y el desarrollo sostenible –derivados del cambio climático–; la disponibilidad de alimentos frescos y naturales; las condiciones de conectividad tecnológica y movilidad que posee todo el territorio; los cambios en los hábitos de ocio –cada vez más domésticos y asociados al mundo digital– y, en definitiva, la búsqueda de una vida más apacible y más cercana a la naturaleza que la que proporciona el medio urbano.
Otras estadísticas tienen como sujetos principales a la mujer y la vida rural. Precisamente, la calidad de vida, la convivencia con la naturaleza o la tranquilidad que otorga la vida rural en nuestro territorio, son algunos de los factores a los que aluden personas expertas en demografía para explicar el porqué las alavesas tienen la mayor esperanza de vida de todo el Estado. Una longevidad de casi 87 años de media.
Estos datos hablan de Álava como una tierra que inspira confianza y reúne muy buenas condiciones para desarrollar un proyecto de vida y de trabajo en un entorno habitable vinculado a una naturaleza excepcional, con el 57% de su territorio catalogado como Paisaje Sobresaliente o Singular y unos productos autóctonos que son parte esencial de la famosa gastronomía vasca.
La nueva ruralidad de Álava se está forjando en un modelo en el que tienen cabida nuevas actividades económicas que se complementan con las tradicionales labores agropecuarias. La implicación de las mujeres está siendo clave en la construcción de una nueva identidad rural de Álava. Como ya lo fue –y, desafortunadamente, está poco divulgado– en el crucial proceso de industralización de nuestro territorio, relativamente el más industrializado del Estado.
Entre los negocios inscritos en Araba Market se pueden encontrar muchas iniciativas lideradas por mujeres en actividades muy diversas. Taxistas, farmacéuticas, artesanas, educadoras, hoteleras, libreras, profesionales de la salud, responsables de comercios de alimentación, jardinería, moda, impulsoras de innovadores espacios de ocio, creadoras de líneas de productos naturales, peluqueras, panaderas…
Baroja decía que la novela es un saco donde cabe todo. También creemos que para apostar por un proyecto de vida y de trabajo en la Álava rural caben todo tipo de iniciativas, porque lo más importante, en esencia, es el tesón que genera la ilusión por llevarlo a cabo.
Larga vida y savia nueva para nuestra Álava rural.